En la mayoría de las empresas se implementó el teletrabajo, una modalidad que, de ser una opción, se convirtió en la única vía de supervivencia organizacional durante la pandemia. Actualmente, pasó la etapa de experimentación, en donde miles de trabajadores tuvieron que continuar laborando en condiciones poco apropiadas (mezclando aspectos personales con los laborales), a una etapa de certeza, en donde las empresas han evaluado todos los elementos que se necesitan para que la modalidad del teletrabajo sea funcional y productiva.
Para optar por esta modalidad y que los empresarios y trabajadores la consideren como la mejor opción, es necesario tomar en cuenta los siguientes factores:
1. Tipo de negocio.
Una industria como la automotriz, cuyas actividades están atadas de manera obligatoria a la presencialidad (al menos, en su aspecto de producción) no podrán optar por la opción del teletrabajo. Todas aquellas compañías cuyo trabajo se pueda realizar mediante un ordenador pueden decidir sobre esta opción y llevarla a cabo como una modalidad completamente viable, y ahora, con la digitalización acelerando su paso por el mundo, estamos hablando de que estas empresas representan de un 60% a un 70%.
Sin embargo, este factor no es el único que indica que el teletrabajo funcionará. Es decir, el hecho de tener un computador en casa para cada trabajador no es suficiente para la correcta implementación de esta modalidad.
2. Cambios culturales, consensos y comunicación
Si bien es cierto que el teletrabajo se ha convertido en la única vía para continuar ofreciendo los productos y servicios y para obtener rentabilidad, los colaboradores son actores clave para tomar esta decisión tan importante. Hay que escuchar su posición, sus deseos, sus necesidades. No todos encuentran en esta opción un modo de trabajo que encaja con su estilo de vida. No todos encuentran motivación, satisfacción y comodidad trabajando de esta manera. Incluso, algunos no cuentan con el espacio adecuado para lograr la productividad esperada.
Por lo que, en primer lugar, hay que establecer escenarios de consenso y conciliación, ya que esta decisión no solamente debe basarse en la supervivencia económica, sino en la supervivencia interna, manteniendo los lazos de cooperación para que la empresa continúe a flote. En este punto, se puede acordar optar por una vía intermedia, es decir, realizar un proyecto piloto en el que el teletrabajo vaya instalándose paulatinamente, por ejemplo, iniciando con el trabajo presencial y poco a poco incrementar los días de presencia virtual.
3. Alto nivel tecnológico
Por último, una vez que los trabajadores estén preparados para trabajar en esta modalidad, podemos dar paso a la preparación logística y técnica requerida para llevar a cabo el teletrabajo.
Una de las herramientas virtuales que permiten la conexión de equipos es el sistema Office 365, y, complementándolo con los canales de comunicación como Zoom o Teams, lograremos organizar los espacios de trabajo de manera eficaz.
Sin embargo, lo más importante es asegurar que la fluidez del trabajo y la inmediatez de la comunicación no se vean interrumpidas por problemas de conexión a internet o, en primera instancia, la falta de ordenadores en cada uno de los hogares de los teletrabajadores. Si estos problemas no son solucionados a tiempo, evidentemente, el proyecto no tendrá ningún sentido y fracasará en sí mismo.
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