Marzo es el mes de la reivindicación de derechos de las mujeres. Por eso, realizamos un análisis para exponer el estado del mercado laboral que ocupa este grupo en Ecuador luego de la pandemia.

El Objetivo 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU consiste en “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”. Eliminar las brechas de género tiene beneficios sociales y económicos que contribuirían al desarrollo de la sociedad a largo plazo.

Sin embargo, aún no hay equidad en varios aspectos laborales y la pandemia complicó más la situación de las mujeres. Es el caso de los cargos directivos. Actualmente, el 64% de estos puestos estratégicos los siguen ocupando profesionales de género masculino. Según las estadísticas del INEC, correspondientes al último trimestre de 2021, la tasa de desempleo en mujeres, es casi 2% mayor que en hombres.

El Foro Económico Mundial indicó que estamos a 135.6 años para lograr la igualdad de género. Además, la entidad señaló que necesitamos 267 años para cerrar la Brecha Salarial, que se produce cuando las mujeres ganan menos que los hombres por hacer el mismo trabajo o por un trabajo de igual valor. En Ecuador, por cada dólar que reciben los hombres, las mujeres reciben en promedio 18 centavos menos.

Si bien actualmente las mujeres han incursionado en todas las profesiones, hay algunas áreas en donde tienen mayor participación, entre las que destacan Comunicación, Recursos Humanos, Asuntos Corporativos, Ventas y Marketing. En esta línea, los sectores en donde se concentra una mayor cantidad de personal femenino son: sector servicios (62%), sectores que agrupan actividades comerciales, restaurantes y hotelería (48%) y el sector financiero (46%). Por otro lado, en ciertos sectores aún están prácticamente ausentes las mujeres, como es el caso del sector de la construcción, con apenas un 4% de presencia, y en minas y petróleos, con un 12% de participación.

La Organización Internacional del Trabajo dice que un entorno de trabajo igualitario, resulta en mayor satisfacción y compromiso con la empresa. Tener una política salarial más coherente, mejora la reputación de las empresas y las protege de la caída de los precios de sus acciones, según estudios de la OIT. Además, las vuelve candidatas atractivas a subvenciones entregadas por empresas internacionales que fomentan la igualdad de género.

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