La tecnología sin duda es una protagonista en el avance de los negocios en el país. De la mano, emprendimientos e incluso ideas “más verdes” de empresas grandes han llevado a un cambio en el mercado. Todo de la mano de una conciencia ambiental que crece más entre los jóvenes. Es así como una joven universitaria y su madre invirtieron inicialmente $300 en un negocio de fundas reutilizables, que ahora envía sus productos fuera del Ecuador.
Lizbeth Correa y su madre Elizabeth Mera convirtieron su preocupación por el ambiente en un negocio rentable que además es amigable con el ambiente. Como toda gran idea, Lizbeth se dio cuenta de una necesidad, dejar de usar plástico. Al no encontrar una respuesta que le satisfaga en el mercado local, decidió confeccionar ella misma junto a su mamá, fundas de tela para uso personal. Al ver los diseños y practicidad de estos productos hechos a mano, cada vez más personas les preguntaban donde conseguirlos y si es posible que se los hagan a ellos. De ahí surge I’m Green que con una primera inversión de $300 salió al mercado con un primer lote de 500 fundas. Las mismas tienen distintos modelos, desde mallas para el transporte de frutas y vegetales, hasta lienzos para llevar frutos secos, pan, granos y otros. Un kit salió a la venta por $12. Además, existe otro kit que ofrece fundas redondeadas que pueden usarse como filtros para preparar leches vegetales.
Actualmente, la empresa vende sus productos en 17 tiendas ecológicas, físicas y virtuales, además de estar presentes en otro emprendimiento mencionado en nuestro blog, Wiksi. También han diversificado sus productos y ahora comercializan también estuches para cubiertos hechos con retazos de tela, adicionalmente de rondas desmaquillantes y toallas de cocina en material 100% algodón. Esto ha hecho que la producción mensual de I’m Green sea de 3000 fundas mensuales. Mucha de la mercancía llega a otros países de la mano de otras iniciativas ecológicas, como las artesanías de paja toquilla de Tayta Hats. Estos últimos adquieren las fundas personalizadas a su marca para que contengan los productos que son enviados al mercado internacional.
Al momento, la empresa facturó en 2020 cerca de $11000, a pesar de los altibajos por las restricciones de exportaciones por la pandemia. Este año esperan poder duplicar la cifra, así como también llegar a nuevos mercados internacionales. Probando de paso que las iniciativas que buscan reducir la huella de carbono y la contaminación por plástico pueden ser rentables y escalarse dentro y fuera del mercado nacional.
Empresas de todo tipo también pueden contaminar menos, por ejemplo, reduciendo su consumo de papel o evitando las movilizaciones frecuentes en vehículos a combustión interna. El mundo digital nos provee de varias ventajas en este sentido. Sofya hace que puedas hacer tu facturación electrónica de manera masiva, fácil y segura, reduciendo la cantidad de papel que utiliza el negocio, así también te provee de la información administrativa de tu empresa en donde te encuentres, evitando movilizaciones innecesarias e impresión de papeles. Escríbenos, no solo haremos más fácil tu trabajo, reduciremos costos y tu impacto en el ambiente.